Por fin podemos realizar la comparativa de tres de las motos que más están en la mente de todos: la BMW R 1200 GS, la Ducati Multistrada 1200 S y la Yamaha XT1200Z Super Ténéré. Con estas grandes maxitrail olvídate de la disyuntiva: evasión es... ¡victoria!
Olvídate de las trail de tu juventud, simples como el mando de una linterna. Estas tres motos tienen más botones y software que la NASA. Como en muchos de los objetos técnico-electrónicos actuales, habrá quien usará sólo las funciones más fáciles, y apenas toqueteará. Otros irán beneficiándose y alegrándose de poder adaptar su moto vía chip a cada condición de uso.
Hemos probado todos los botoncitos de las tres, claro, pero contarlo todo me llevaría un libro. Como estas motos ya han sido presentadas ofi cialmente y han aparecido en sus respectivos «a fondo», imagino que las conocéis, así que me centraré en su cotejo general.
La verdadera fuerza de una maxitrail reside, por definición, en su polivalencia. Las tres pueden colmar tus deseos.
Precisemos: el carácter general de la Multistrada es mucho, mucho más deportivo que el de la BMW, y aún más que el de la Super Ténéré. La Ducati es la «moto 4 en 1»: de lobo a cordero a través de un simple toque a un botón. No obstante, aún en su condición más suave, la italiana mantiene un carácter al rojo vivo. En configuración Touring (Urban y Enduro «bajan» a unos 100 CV) ¡ofrece a tu puño derecho casi 150 CV! y al abrir el acelerador tiene una respuesta tan contundente que resulta hasta algo brusca incluso para un motociclista experto... sobre todo si no estás disfrutando de un asfalto plano y adherente. A pesar del control de tracción y todos los demás chips, tiene nada menos que 143 CV verifi cados, casi una tercera parte más que su inmediata rival, y además es la más ligera.
En carrera o en circuito, no habría color. Independientemente de comparar su equipamiento «de serie» o no en referencia a su precio cuatro mil euros superior al de sus dos rivales, la calidad de sus suspensiones Öhlins, sus ruedas de 17” con gomas muy de carretera, y sus frenos Brembo radiales, resultan defi nitivos. Pero los puertos de montaña no son un circuito, y la Ducati no siempre puede aprovechar qué 150 CV si la curva te permite «agarrar » bastantes menos?
La Yamaha llega con un objetivo claro: la BMW R 1200 GS. Quizás precisamente por esto, porque ha querido abarcar tanto como ella, aprieta algo menos. Y es más difícil de clasifi car. Tan centrada en el mundo trail como la GS, su comportamiento es sin embargo absolutamente tradicional a pesar de sus novedades, su electrónica o su cardan. Es cierto que el bicilíndrico en línea, también de 1.200 cc y calado a 270º, se comporta como uno en V o bóxer como el BMW. Su respuesta es lineal como pocas en todas las confi guraciones de motor y no abundan las vibraciones. En marcha es un ejemplo de homogeneidad: se comporta como una viajera cómoda e infatigable en carretera, es confortable hasta no decir jamás basta, frena muy bien y de modo muy seguro, y hasta en carretera virada (y en off-road) propone un control de tracción que evitará cualquier error que puedas cometer.
También su motor es excelente, con 99 CV verificados casi calcados en sus dos modos de uso Sport para poder tutear a la BMW en igualdad de armas. No obstante, estas impresiones son perceptibles apurando al máximo los motores, algo que en muchos casos no tiene que estar entre tus objetivos y
necesidades.
La GS, aunque se queda en 110 CV (aún pocos frente a la explosiva y todopoderosa Ducati) conserva su liderato entre las maxitrail frente a la Yamaha por razones muy precisas: un motor más agradable, más contundente y con más prestaciones, una estabilidad en curva superior, una frenada más segura gracias más que nada a sus suspensiones alternativas Paralever y Telelever que le van de maravilla, una parte ciclo más ligera y equilibrada, un manejo muy sencillo una vez «has adoptado» su parte ciclo singular, e incluso una calidad de fabricación más cuidada que dan una grata sensación de calidad.
Extraído de: Motociclismo.es
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